En 1979 el Papa Juan Pablo II realizó un viaje histórico a Polonia. Que en ese tiempo estaba bajo el mando de un régimen comunista opresivo. Este gobierno había hecho la práctica de la religión muy difícil, particularmente la católica. Entonces el hecho de que el Papa diera una ceremonia masiva era un acto de tremendo coraje y desafío.
Pero incluso más desafiante era el pueblo que participó del encuentro. Se juntaron 500.000 personas y participaron en un acto sagrado que su gobierno no apoyaba. Y escucharon a un hombre que ellos veían como un símbolo de esperanza y libertad.
En el discurso que el Papa dio ese día, dijo algo que muchos creen que ayudó a cambiar a ese país a la independencia y democracia. El miró a ese medio millón de personas que querían un cambio desesperadamente y se sentían sin poder para lograrlo y dijo… “Ustedes no son lo que ellos dicen que son”…
Ellos (los opresores), que querían quitarle a la gente del pueblo su individualidad y transformarlos en propiedad del gobierno. Para esa audiencia esas eran palabras muy poderosas. Palabras capaces de cambiar paradigmas…
Palabras que causaron un cambio instantáneo, en la manera de pensar de cualquiera que las escuchara, y cualquiera que escuche de ellas... De repente, la manera en la que vivían ya no era posible. Había terminado…
No es que su gobierno o la forma de vida del pueblo Polaco cambió repentinamente, pero no pasó mucho tiempo para que de hecho cambiara.
Pero en ese momento... en medio millón de personas... una nueva realidad fue creada.
Y como ustedes saben, una vez que la mente se fija en cierta realidad, es solo cuestión de tiempo antes de que el mundo físico comience a reflejarlo.
Fue un momento mágico… Pero lo mágico en ello, el impacto en los resultados, no hubiese podido ser logrado si el terreno no hubiese estado ya preparado, si las personas que estaban siendo acorraladas por los estándares culturales que sabían que no eran ciertos, no hubieran decidido tomar acción y trabajar paso a paso, persona a persona, en cualquier manera o lugar que pudieran para cambiar las cosas.
Las mentes de todas las personas que escucharon al Papa hablar ese día, ya habían sido fertilizadas por algunas personas que se habían determinado en cambiar la cultura en la que vivían.
Los pocos que creían y poseían el conocimiento de que la libertad era su derecho, se movieron entre las masas quienes apenas podían imaginarse lo que era la libertad. Diseminaron el mensaje, y despacio, pero seguro... transformaron el deseo en CREENCIA.
Eso es exactamente lo que pasa en cada cambio cultural. Una mente tras otra una limitación es quebrada, una imposibilidad es esfumada, una manera aparece en donde nunca hubo una. Un NO se transforma en SI. Un sueño impensado de repente se revela a sí mismo como una posibilidad real. Y los impedimentos que alguna vez parecieron insuperables... comienzan a tener sus días contados.
Hasta que de repente, tantas personas absorben el nuevo conocimiento que se torna en la creencia prevaleciente. El Estandarte cultural del día... No existe algo así como un éxito de un día para el otro.
Una frase brillante entregada en el momento preciso, puede encender a un pueblo a la acción… pero levantemos el velo en esos momentos y encontraremos años, décadas, quizá siglos de trabajo duro y compromiso guiando a dicho éxito.
Trabajo realizado por personas que no estaban contentas con ser víctimas de la cultura, y no podían cumplir sus sueños al participar de la cultura en el estado en que estaba. En cambio decidieron ser parte de las fuerzas de cambio que transforman a la cultura, al precio que fuera necesario.
Muchísimas Gracias a Lázaro Bernstein de TLDA Internacional por tremenda aportación.
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